
En compañía de la noche, se cerraron los ojos, para abrirlos y encontrar un mundo mágico lleno de posibilidades y misterios sin descubrir en un camino largo que llevaba aquel lugar donde se unía el corazón con la razón.
Paso a paso iba caminando aquel personaje, y por cada paso empezó a encontrar tantas personas que caminaban opuestas a donde este personaje se dirigía con ansiedad; algo curioso atravesaba la cabeza de este personaje ya que todas aquellas personas que caminaban eran conocidas por el; aquel lugar que en principio no sabia que era, ni de que se trataba, lo único que seguro estaba era que sentía que allí tenia que ir.
Camino largo que se extendía hasta las mismas estrellas, era recorrido por este personaje, que caminaba y caminaba pero nada que llegaba; de pronto una sombra a lo lejos que también iba aquel lugar, se observo con tantas ansias de saber quiera, se apresuro a lograr alcanzarla.
Corría y corría tras de aquella sombra y nada que le alcanzaba, intento gritarle pero en ese momento su boca se seco y no permitía que ninguna palabra pudiera salir, a pesar de lo ocurrido eso mas le animaba a correr mas para así alcanzarle, de tanto correr y sin fijarse en el camino por estar pendiente de quien era, aquella sombra cayo lentamente sobre el suelo y no podía levantarse.
Con lo que había pasado aquella sombra observo a lo lejos se detuvo inmediatamente; en ese momento aquel personaje pudo contemplar que aquella sombra le animaba, y le señalaba que se levantara y continuara en el camino; en ese momento sentía que no podía; no lograba hablar solo sentir, aquella sombra le animaba cada vez mas, así que con fuerza donde no la tenia decidió ver mejor en ese momento la sombra fue aclarando y vio un rostro familiar y aquel el que le animo a seguir, no sabia por que pero sentía que el rostro era familiar pero no sabia quien era aun, aun así se devolvió aquel rostro y le ayudo a parar y con el camino aquel lugar.
Cuando este personaje decidió ver quien era, muchos inconvenientes ocurrieron, al superarlos, puedo ver, que era aquel rostro que siempre permanecía en su mente, que le había escrito algunos versos describiendo lo que nació una tarde en aquel lugar que tantos ojos observaban su sentir; en ese momento se dispuso hablar un tiempo muy alegre, aunque continuaron caminando los dos al ingresar a aquel lugar que tanto había deseado despertó de su sueño para así hacer realidad lo que sabia y sentía que tenia que hacer, vivir el camino mágico.
(Locart)
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